Michael Cox (LSE): "El conflicto actual podría ser aún más peligroso que la Guerra Fría"

"Algunos creen que ya estamos en medio de una nueva Guerra Fría entre Rusia y Occidente. Esto es engañoso porque la Guerra Fría fue un conflicto ideológico entre sistemas económicos competidores. Rusia ya no es la antigua URSS, pero el conflicto actual podría ser aún más peligroso". Así lo ha expresado hoy en Madrid el director del Programa de Relaciones transatlánticas de la London School of Economics. Michael Cox ha participado en la Fundación Ramón Areces en unas Lecciones Magistrales celebradas desde el pasado miércoles hasta hoy viernes bajo el lema 'Nuevo orden mundial: la transformación de la Economía Política Global'. "No veo a China dominando el mundo en el año 2050. Quizá para entonces no sea un único país el que marque las reglas del planeta", ha añadido.

Primeros 100 días de Trump

En estas Lecciones Magistrales que organiza la Fundación Ramón Areces con la LSE participa también el editor de The Atlantic, Steven Clemons. Durante su intervención en este foro, el analista ha valorado la actuación del nuevo presidente de Estados Unidos. "Los primeros 100 días del gobierno de Donald Trump han estado marcados por la bravuconería, el error de cálculo, el caos y la paranoia. Trump quiere promover políticas económicas y comerciales que se acerquen a una forma de neomercantilismo". Para Clemons, el nuevo inquilino de la Casa Blanca "es más estridentemente nacionalista que cualquiera de sus predecesores en la era moderna, entendiendo por nacionalista que no está muy comprometido con el robusto internacionalismo". Preguntado por el futuro de esas relaciones de Estados Unidos con el resto del mundo, este analista responde: "No sabemos a dónde va todo esto pero, hasta el momento, Trump parece estar alejándose del liderazgo internacional que los Estados Unidos han venido impulsando durante los últimos 70 años".

Las consecuencias del Brexit

Por su parte, Julius Sen, Director Académico y Asesor del Programa en LSE Enterprise, dedicó su sesión a analizar el Brexit y sus efectos. "Si pensamos en un Brexit duro, que es la retirada de la unión aduanera y no alcanzando ningún acuerdo o acuerdo interino sobre un Tratado de Libre Comercio (TLC) con la UE de los 27, entonces los efectos económicos y de inversión a corto, medio y largo plazo serán severos. Los efectos sociales y políticos, sin embargo, podrían ser aún más corrosivos, ya que parte del país (principalmente Inglaterra) se vuelve hacia adentro, haciéndose más aislacionista y anti-inmigrante, mientras que otras zonas del país (principalmente Escocia y tal vez Irlanda del Norte) tratan de mantener una perspectiva más europea".Preguntado sobre si cree que Reino Unido se arrepentirá de haber iniciado este proceso, Sen se muestra firme: "Sí, seguro. Especialmente la generación más joven, que de repente ha perdido todos los derechos de vivir, trabajar y viajar en toda la Unión Europea. Ahora tendrán que depender de derechos recíprocos que negocie un gobierno que no quiere ofrecer nada a cambio de esos derechos. Para las generaciones futuras, la pérdida es aún más grave, pero es posible que no lo sientan porque nunca han disfrutado de estos derechos".

¿Cómo cree que serán las relaciones futuras -políticas y comerciales- del Reino Unido con la UE? "Independientemente del resultado, muy mal durante muchos años. La atmósfera en el Reino Unido ya se ha vuelto tóxica y sólo una muy hábil gestión diplomática podrá cambiar este escenario. Para las empresas de la UE y para los miembros restantes de la UE, su interés en estos momentos pasa por limitar los daños y conseguir un Brexit moderado. Pero, con el tiempo, también tal vez buscarán ventajas comerciales de la vulnerabilidad del Reino Unido, que sólo empeorará la situación. Como un colega holandés señaló: 'Si no estás en la mesa, estás en el menú'. Es difícil predecir cómo funcionará esto", concluye este profesor de la LSE.