Hace poco más de cinco años, la Fundación Lilly editó la obra 'THE METABOLIC SYNDROME at the beginning of THE XXIst CENTURY. A genetic and molecular approach'. El Síndrome Metabólico (SMet) se define como un conjunto de desórdenes frecuentes e interrelacionados que incluyen la obesidad, la resistencia insulínica, la intolerancia a la glucosa, la hipertensión arterial y las dislipidemias (hipertrigliceridemia y niveles bajos de HDL-colesterol), constituyendo una situación prevalente que se asocia a un alto riesgo cardiovascular, mayor que el atribuible a cada una de las citadas patologías por separado.
La obesidad es un problema serio, frecuente y creciente. Se estima que en la actualidad más de 1.600 millones de personas se encuentran por encima de su peso ideal, de los que más de 500 millones son obesos. Sorprende la alta prevalencia en regiones históricamente consideradas hiponutridas. Ello incluye no solo a diferentes países iberoamericanos, sino particularmente a los de Oriente Medio y Oceanía, China, Australasia, Vietnam y las Islas del Pacífico, comenzando a observarse prevalencias notables en África y Asia.
Como ejemplo, México vive una epidemia de obesidad. El 73% de los adultos y el 35% de los niños y adolescentes tienen sobrepeso u obesidad, es decir, en total 60.6 millones de personas (el 52% de los mexicanos) sufren de esta condición.El sobrepeso y la obesidad (SPyO) es el principal factor de riesgo de discapacidad y muerte para los mexicanos. De acuerdo con datos del Global Burden of Disease, el SPyO se asocia principalmente con diabetes y enfermedades cardiovasculares, pero también con trastornos óseos y musculares y algunos tipos de cáncer.Se calcula que para una persona es 21 veces más barato cambiar de hábitos que tratar una diabetes complicada. El costo de un prediabético obeso que modifica su dieta y actividad física es de 5.600 US$ en un acumulado a 30 años del diagnóstico. Sin embargo, si no cambia sus hábitos, por diversas complicaciones médicas puede llegar hasta 115.000 US$ en 30 años. Una carga difícil de asumir.
En general, la obesidad es más prevalente entre las mujeres, y en Europa lo es más en los países mediterráneos. En los EEUU, un 66,7% de la población presenta sobrepeso u obesidad, siendo factor corresponsable de más de 300.000 fallecimientos cada año, con unos costes estimados para la sanidad del país de más de 100.000 millones de dólares anuales.
Ante la creciente sensibilidad por esta situación, la OMS admitió ya en 2001 que nos encontramos ante una pandemia que aceptó llamar "globesity" en un intento de atraer la atención sobre el problema global, y, lo que es más preocupante en términos de salud pública, su continua expansión y crecimiento, especialmente entre los niños y adolescentes.
Así, las predicciones para el Reino Unido del Foresight Report indican que para el año 2050 el 60% de los varones y el 50% de las mujeres serán obesos, aparte de los que presenten sobrepeso, situación que ya conlleva riesgos para la salud. Con este planteamiento, el número de ciudadanos británicos con peso ideal pasarían del 30 y 40% al 10 y 15% respectivamente para hombres y mujeres.
De la importancia y transcendencia de la "globesidad" baste señalar que la misma podría poner en peligro los años de expectativa de vida ganados en el último siglo.
No es nueva la preocupación por la obesidad, y notables esfuerzos han sido planteados para su tratamiento desde hace siglos. Sin embrago, hasta recientemente, no había tenido consideración de enfermedad, en el sentido de identificarla como un objetivo específico de tratamiento médico. Ello, ha supuesto notables avances en su conocimiento y en el desarrollos de investigaciones, aplicaciones industriales, tratamientos de diferente índole, ya dietéticos, ya orientados al ejercicio físico o a la búsqueda de medicamentos útiles.
De nuevo, datos de los EEUU muestran un gasto anual en medicamentos o técnicas quirúrgicas para el tratamiento de la obesidad que supera los 4.000 millones de dólares, en tanto el mercado de remedios OTC para la pérdida de peso supera anualmente los 50.000 millones.
Ahora bien, conceptualmente hablando, el tratamiento de la obesidad no debería suponer un grave problema. Conocemos desde hace muchos años la manera de afrontarlo: tan simple como procurar un adecuado balance energético, en el sentido de ingresos vs. gastos. Esta simplificación ha llevado a considerar la obesidad como un problema personal fundamentado en la falta de voluntad de cada uno para mantenerse en su peso ideal. Sin embargo, este concepto está cambiando dramáticamente y alejando del individuo la exclusiva "culpabilidad".
En los EEUU el comité asesor del 2010 Dietary Guidelines for Americans, señala a la obesidad como "la mayor amenaza para la salud pública", y pone de relieve que "las recomendaciones dietéticas básicas no han variado sustancialmente en los últimos 30 años…", pero,añade "cada vez se ha hecho más difícil comer bien…" Y continúa "mientras no se cambie el entorno alimentario, a las personas les resultará muy difícil seguir las guías o recomendaciones dietéticas…".
En el Reino Unido, el citado UK Foresight report envía un mensaje similar: "la obesidad es una de las cargas del mundo moderno, en el que los alimentos de alto valor o densidad calórica resultan abundantes y las tecnologías que ahorran trabajo proliferan…". En este entorno, "el exceso ponderal perjudicial para la salud se hace frecuente en relación con la elección individual de la dieta, el ejercicio dejado de practicar y el llamado estilo de vida". Nos enfrentamos, por tanto, a una red compleja de factores sociales y biológicos que nos hacen vulnerables a la ganancia de peso, y ello hace que el objetivo deba orientarse a limitar el ambienteobesogénico en que vivimos inmersos y al que estamos expuestos.
Que en esta enfermedad multifactorial juegan otros factores como los condicionantes genéticos, y que las consecuencias deletéreas de la obesidad obedecen a complejas interacciones con otras enfermedades, y a mecanismos asimismo complejos que explican el deterioro del paciente y la aparición de complicaciones, es materia pormenorizada de estudio, algunos de cuyos más recientes avances serán objeto de exposición y debate en el Simposio Internacional 'Lo último en Obesidad' de los próximos 1 y 2 de diciembre en la Fundación Ramón Areces.
La reunión, organizada por esta institución en colaboración con la Fundación General CSIC, fue diseñada con la intención de aportar rigor científico y equilibrio al problema de la obesidad. Para ello, se logró concitar las aportaciones de buena parte de los científicos más reputados en el mundo que acercan al asistente a los aspectos más relevantes, desde la fisiopatología a la prevención y el tratamiento, con atención especial a los enfoques genéticos y sociales.
La obesidad, por su gran prevalencia y trascendencia sanitaria y social, interesa tanto a investigadores y especialistas -sobre todo internistas, endocrinólogos, cardiólogos y salubristas-, como a aquellos médicos e investigadores que deseen profundizar en la materia.
Junto con la obesidad, la diabetes supone una verdadera pandemia del siglo XXI que acarrea un riesgo cierto de padecer otras enfermedades como las cardiovasculares, o incluso el cáncer. Es propósito de los organizadores colaborar al mejor conocimiento de estos conceptos, y confiamos en lograrlo gracias al notable plantel de médicos y científicos que han aceptado nuestra invitación a compartir sus conocimientos e ideas en cada uno de los capítulos programados.