El economista Markus Lampe ha dirigido el proyecto de investigación 'Experiencias históricas en la formación de áreas monetarias óptimas' financiado por la Fundación Ramón Areces dentro del XI Concurso Nacional en Ciencias Sociales. Este trabajo se ha realizado conjuntamente con Alfonso Herranz, de la Universitat de Barcelona; NektariosAslanidis, de la Universitat Rovira i Virgili-Tarragona, y Pilar Nogues-Marco, quien resume en este artículo las conclusiones de un subproyecto sobre el proceso de creación de la moneda nacional española en el siglo XIX. "La integración no estuvo liderada por las grandes transformaciones tecnológicas de la época, telégrafo y ferrocarril, sino que se produjo con anterioridad, durante la primera mitad del siglo XIX", explica.
La integración del mercado es una condición necesaria para el crecimiento económico. Así, se considera que la eliminación de las barreras institucionales y tecnológicas es un requisito indispensable para el desarrollo económico (Smith, 1776; Balassa, 1961; North y Thomas, 1973). Los países rezagados en el proceso de industrialización Europea del siglo XIX son aquellos que sufrieron un retraso en el proceso de consolidación del mercado nacional. Este parece haber sido el caso de España, país para el que se ha identificado su tardía integración como una de las razones de su extremadamente lenta industrialización durante la mayor parte del siglo XIX (Fontana, 1983).
España sufrió un atraso en la integración de su mercado nacional en comparación con países como Gran Bretaña, Países Bajos o Francia, lo que ayudaría a explicar la divergencia económica española sostenida durante el siglo XIX (Prados de la Escosura, 2003). De hecho, la economía española de la primera mitad del siglo XIX ha sido a menudo descrita como un mosaico de mercados regionales semi-autárquicos. Esta situación habría sido el resultado conjunto de la inestabilidad política y la accidentada geografía de la península ibérica, que limitaron las relaciones económicas por lo menos hasta mediados de la década de 1870 (Gómez Mendoza, 1982; Ringrose, 1972). La integración solamente habría avanzado desde finales del siglo XIX, sobre la base de las reformas institucionales liberales y la construcción del ferrocarril (Roséset al. 2010)
Nuestra investigación mide la integración del mercado monetario español en el siglo XIX. Los flujos monetarios representan la contrapartida a los flujos comerciales, siendo su análisis, por tanto, el reflejo de la integración del mercado nacional. Definimos el mercado monetario español en el siglo XIX como el mercado de letras de cambio, ya que éstas fueron el instrumento financiero empleado para mover el dinero entre las ciudades españolas hasta la creación del sistema de transferencias del banco de España a inicios de la década de 1880. El análisis de la integración del mercado de letras de cambio nos permite hacer una cuantificación muy precisa del proceso de integración, ya que se trata de un bien homogéneo para el que disponemos de datos de cotización diarios en la prensa de la época (Gaceta de Madrid y Boletín Oficial de Cambios de la Bolsa de Madrid).
Hemos recopilado los tipos de cambio de Madrid sobre las plazas financieras más importantes en el siglo XIX: Coruña, Santander, Bilbao, Zaragoza, Barcelona, Valencia, Málaga, Cádiz y Sevilla. Se trata de una base de datos que contiene alrededor de 15.000 cotizaciones y nos permite aproximarnos con sumo rigor al proceso de integración del mercado monetario. Los resultados muestran que la integración no estuvo liderada por las grandes transformaciones tecnológicas de la época, telégrafo y ferrocarril, sino que se produjo con anterioridad, durante la primera mitad del siglo XIX. Estos resultados parecen estar alineados con los obtenidos para el mercado del trigo por autores como Garrabou y Sanz (1985), Barquín (1997), Martínez Vara (1999) yReher (2001), que muestran una impactante reducción de la dispersión de los precios del grano durante la primera mitad del siglo XIX, antes de la construcción del ferrocarril.
El progreso de integración previo a la adopción del telégrafo y ferrocarril, así como el bajo impacto aparente de estas dos tecnologías, parece desconcertante. Sin embargo, encontramos la explicación en la mejora gradual de la infraestructura vial y la organización de los transportes terrestres, que afectó claramente la velocidad de transmisión de información, incluso antes de la llegada del telégrafo. Mientras que la adopción del telégrafo fue crítica para el comercio transoceánico, la nueva tecnología no provocó un cambio dramático en el nivel de integración de los mercados nacionales de Europa Occidental (Erjnœs y Persson, 2010).La inversión en carreteras permitió comunicar ciudades y pueblos de la geografía española. La consiguiente mejora en la circulación de la información tuvo un impacto significativo en la integración de los mercados nacionales. La inversión en la red de carreteras españolas, que fue muy baja hasta la muerte de Fernando VII (1833), se aceleró claramente a partir de entonces (Uriol Salcedo, 1992). Junto con la finalización de la red principal de carreteras, también hubo avances sustanciales en la organización del transporte y de los servicios postales antes de la década de 1850. Se implementó un servicio postal regular. La confiabilidad creciente, la seguridad y la velocidad del transporte fueron percibidas en su momento como "revolucionarias" (Madrazo, 1984; Bahamonde Magro, 1993).
En conclusión, la inversión pública en la red principal de carreteras así como la organización de un servicio postal regular y más eficiente en la década de 1840 parecen haber sido mucho más relevantes en la integración del mercado monetario español que la construcción del telégrafo y los ferrocarriles.
Referencias:
- Bahamonde Magro, Ángel, ed. 1993. Las comunicaciones en la construcción del Estado contemporáneo en España: 1700-1936. El correo, el telégrafo y el teléfono, Madrid, Ministerio de Obras Públicas, Turismo y Medio Ambiente.
- Balassa, B., 1961. Towards a Theory of Economic Integration, Kyklos, 14 (1), 1-17.
- Barquín, R., 1997. Transporte y precio del trigo en el siglo XIX: Creación y reordenación de un mercado nacional. Revista de Historia Económica, 15 (1), 17-48.
- Erjnœs, M. and Persson, K. G., 2010. The Gains from Improved Market Efficiency: Trade Before and After the Transatlantic Telegraph. EuropeanReview of EconomicHistory, 14, 361-381.
- Fontana, J., 1983 [1973]. Cambio económico y actitudes políticas en la España del siglo XIX. Ariel, Barcelona.
- Garrabou, R. and Sanz, J., 1985. Historia agraria de la España contemporánea. 2. Expansión y crisis (1850-1900). Crítica, Barcelona.
- Gómez Mendoza, A., 1982. Ferrocarriles y cambio económico en España, 1855-1913. Un enfoque de Nueva Historia Económica. Alianza, Madrid.
- Madrazo, S. 1984. El sistema de comunicaciones en España, 1750-1850, Madrid, Turner.
- Martínez Vara, T., 1999. La integración del mercado del trigo en el Norte y la Castilla del Duero, 1800-1860. Algunas reflexiones. Historia Agraria, 19, 43-73.
- North, D. C. and Thomas, R. P. 1973. The Rise of the Western World: A New Economic History. New York: Cambridge UniversityPress.
- Prados de la Escosura, L. 2003. El progreso económico de España, 1850-2000, Madrid, Fundación BBVA.
- Reher, D. S., 2001. Producción, precios e integración de los mercados regionales de grano en la España preindustrial. Revista de Historia Económica, 19 (3), 539-572.
- Ringrose, D. R., 1972. Los transportes y el estancamiento económico de España (1750-1850). Tecnos, Madrid.
- Rosés, J. R.; Martínez-Galarraga, J. and Tirado-Fabregat, D. A., 2010. The upswing of regional income inequality in Spain (1860-1930). Explorations in Economic History, 47, 244-257.
- Smith, A., 1776. An inquiry into the nature and causes of the wealth of nations. Londres.
- Uriol Salcedo, J. I. 1992. Historia de los caminos de España, Madrid, Colegio de Ingenieros de Caminos, Canales y Puertos.
